Moritz Attenberger
Ludwig Maximilians Universität, München
Nivola
Morder el Silencio retoma de manera interesante algunos conceptos de vida y obra del escritor y filósofo español Miguel
de Unamuno. El ejemplo más evidente para apoyar esa hipótesis es el constante uso de una expresión inventada por
Unamuno, “nivola”. Unamuno explica en su novela titulada Niebla haber inventado el término, para que nadie tenga
“derecho a decir que deroga las leyes de su género ... Invento el género e inventar el género no es más que darle un
nombre nuevo, y le doy las leyes que me place. ¡Y mucho diálogo!” [26] Por lo tanto, Niebla consiste casi por completo en
diálogos y monólogos.[27] Aparte de que “Morder el Silencio” tampoco se atiene mucho a conceptos tradicionales de una
novela y que contiene mucho diálogo (entre los personajes de la narración, pero también con el lector), se pueden
detectar más paralelas con Miguel de Unamuno.
Unamuno, como Max, es desterrado por criticar a un régimen autoritario: Después de haber opinado contra el dictador
Primo de Rivera, Unamuno fue mandado al exilio a Fuerteventura en 1924.
Otra paralela con Unamuno en Morder el Silencio es la aparición de Don Quijote, ya que el Quijote de Cervantes también
fue una metáfora importante en la obra y en la vida de Unamuno, algo como un leitmotiv.[28] Antonio Machado opinó
incluso que el “héroe” de Unamuno “fue Don Quijote, el antipragmatista por excelencia.“[29]
En un momento, el héroe Max, se identifica con “los quijotes de la verdad.“ [30] En esta expresión paradójica se refleja
mucho la problemática de la vida del protagonista. La expresión y la vida son paradójicas porque asociamos el Quijote
con lo contrario de la verdad: la ilusión, y además una ilusión idealista, creada por recepción literaria. Por lo tanto, un
“quijote de la verdad“ es algo imposible, y como tal refleja muy bien la imposibilidad de la lucha de Max. Al igual que Don
Quijote, Max encuentra su ilusión, su canto de la sirena, su antipragmatismo en la literatura. Pero hay una diferencia: Max,
en sus momentos de crisis, no quiere ser un quijote de la verdad, porque esta verdad “es un compromiso de cianuro.“
[31] Si Max sigue persiguiendo a la verdad, muere, como si hubiera aceptado tragar cianuro. Max está consciente de eso,
pero el canto de la sirena lo seduce porque ha leído demasiados libros y porque la ilusión (de tener que encontrar la
verdad) está dentro de él. No hay cómo escaparse del canto que ella emite. Para Max, al contrario de Don Quijote, al final
no habrá cómo quitarse por encima la ilusión que le han creado los libros, porque los libros que ha leído Max son de
“Dumas, Remarque, Hemingway, Kippling, Kant, Hesse”[32]; o sea de un nivel superior a las novelas de caballerías.
Como el conflicto con la Bestia es inevitable para Max, le queda una única salida: el eco.
El eco
Si a un principio Max opina todavía que "[e]ste canto es un eco monstruoso en la cabeza”. [33], hacia el final de la historia
el eco es otro, fuera de la cabeza y público.
Haber encontrado un eco es el punto clave para Max porque asegura la persistencia del pensamiento crítico frente a
cualquier bestia. Aunque la Bestia lo elimine a él y a su obra, nunca será capaz de eliminar el eco. El canto de la sirena
se ha vuelto inmortal. Curiosamente, la inmortalidad del eco se ha tenido que comprobar en la vida real: un gobierno
dictatorial al principio de los años 80 quemó toda la primera edición de “Morder el Silencio”. Sin embargo, el eco que
provocó, ha perdurado. Salieron dos ediciones del texto en inglés (Biting silence)[34], Ana Rebeca Prada hizo un análisis
de la obra como tesis de grado, y gracias al invento del Internet, “Morder el Silencio” se puede adquirir en forma
electrónica en formato Pdf.
Parece que la realidad textual ha alcanzado la vida real. Es más, opino que esa metalepsis real está propuesta en el
texto. Primeros indicios para esta suposición son los elementos autobiográficos, como el discurso sobre una de las
obras anteriores de von Vacano, El Apocalipsis de Antón.
Bajaba en el ascensor. El Flaco dijo:
- Y qué: ¿sigues escribiendo?
No, hombre, pensé. ¿Para qué?
Dije: Por supuesto. Por supuesto; es un vicio. ¿Qué otro sentido tendría mi vida?
- ¿Qué haces?
- Hago Antón.
En la casa tenía guardadas, como esas flores que conservan las viudas después del entierro, cuarenta y tres primeros
capítulos. Cuarenta y tres. [35]
Más adelante, el protagonista-narrador discute esta obra con una periodista, la señora Beatriz:
La rubia señora Beatriz, tan delgada, lentes de intelectual: Pero, ¿no dijo usted, antes:
"Acción. Cruzarse de brazos es complicidad"?
Si, lo dije, pero…
La seria señora Beatriz, estudiante eterna de periodismo: ¿Lo dijo o no lo dijo?
Si, pero...
La señora Beatriz, madre estricta de tres hijos: Usted se contradice.
Pero... No.
La estudiosa señora Beatriz, feroz con sus enemigos: Pero si. Usted se contradice.
Pero no.
La triste señora Beatriz, habladora e incomprendida: Pero si.
Lo dije entonces, porque entonces creí que así venceríamos, pero me equivoqué. Pero vencer es todo.
La bella señora Beatriz, intensa en sus pasiones: Lo dijo, lo dijo y lo dijo. Se contradice. No es coherente. Nada
coherente.
Era siete años más joven...[36]
Concuerdo con Ana Rebeca Prada en que
“[l]a discusión sobre Sombra de Exilio y sobre El Apocalipsis de Antón, que incorpora Morder el Silencio en su propio
desarrollo narrativo, concede a la novela su rasgo autobiográfico fundamental. Al atribuirse la autoría de las dos primeras
novelas de von Vacano, el narrador anónimo entra en relación de identidad con el autor.”[37]
Para evitar malentendidos: Entrar “en relación de identidad con el autor” no significa todavía que habría que clasificar a
Morder el Silencio como autobiografía. [38] Más bien pienso demostrar que la realidad textual entra a la vida real. Para
ello, otro aspecto es de peculiar interés:
Varias veces la instancia narrativa se dirige directamente al destinatario de la narración. Al final del texto, la instancia
narrativa encuentra el eco del canto que lo persigue en el diálogo con el destinatario. Solo que en ese instante, también
el lector real se da cuenta de que incluso él ha sido parte del juego, que él ahora también lleva consigo el eco del canto
(¿o el canto mismo?). El límite entre la ficción y la realidad se vuelve borroso.
Expresándolo al revés: la novela ahora es parte de la realidad, por lo tanto sus personajes y su eco existen al lado del
autor y del lector.
Von Vacano, con esa metalepsis, toca de manera intertextual, un tema literario que conocemos desde Cervantes y su
Don Quijote. Lo ha retomado Miguel de Unamuno, quién en Niebla creó un personaje que al final de la obra empieza a
cuestionar la existencia de su autor. Unamuno tenía
“la convicción metafísica fundamental de [...] producir la realidad con sólo quererlo [...]. Así, en la novela lo que le interesa
es el proceso de invención, de creación de vidas que “vivan” fuera de ella ...“[39]
Von Vacano, al escribir y publicar Morder el Silencio ha producido una realidad importante: Si bien “[e]l silencio es la vida
de la Bestia, es su triunfo.”[40], Arturo von Vacano ha mordido el silencio, porque ha provocado el eco.
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[1] Antezana, Luis H.: Morder el Silencio, en: Morder el Silencio, en formato Pdf, adquirible a través de la página web del
autor: www.avonvac.com/PDF.html; última visita 12/09/04, 153.
[2] Von Vacano, Arturo: Morder el Silencio, La Paz: Instituto Boliviano de Cultura 1980.
[3] Von Vacano, Arturo: Biting silence, Harper Collins 1987; 2da edición: Ruminator Books 2003.
[4] Para el siguiente análisis me baso en la edición de „Morder el Silencio“ en formato Pdf., de aquí en adelante citado
como Morder.
[5] El Nuevo Testamento, en: http://www.br-online.de/wissen-
bildung/collegeradio/medien/religion/apokalypse/quellentexte.
[6] Morder, 49f.
[7] Morder, 7.
[8] Morder, 26.
[9] Para una idea general de la importancia del tema para los bolivianos, véase p. ej. los sitios http://planeta.eltimon.
com/marparabolivia, http://elmarboliviano.blogspot.com, http://www.geocities.com/elmardebolivia.
[10] Para más detalles sobre la figura del protagonista, véase mi capítulo „El canto de la sirena“.
[11] Morder, 135.
[12] Morder, 140.
[13] Véase Aguiló, Federico: “Nunca más” para Bolivia, Cochabamba 1993, 1-48.
[14] Morder, 8.
[15] Morder, 136.
[16] Morder, 24.
[17] El „COP“ es probablemente una alusión al lugar donde estaba ubicado el DOP, el Departamento de Órden Político,
un organismo en el gobierno de Banzer que se encargaba de reprimir a los oponentes al régimen.
[18] Morder, 17.
[19] Morder, 18.
[20] Morder, 39.
[21] Morder, 13.
[22] Véase p. ej. Lexikon der griechischen und römischen Mythologie, Hildesheim: Georg Olms 1965.
[23] Véase p. ej. Morder, 24.
[24] Morder, 14.
[25] Morder, 45.
[26] Unamuno, Miguel de, Niebla, Renacimiento 1914, citado en: La obra narrativa: novelas y “nivolas”, en: http://jaserrano.
com/unamuno/novela.html; última visita: 10. 09. 04. El texto completo de Niebla en: http://www.bibliotecasvirtuales.
com/biblioteca/unamuno/Niebla/index.asp; última visita 12/09/04.
[27] Véase Kindlers neues Literaturlexikon, München: Kindler 1991, 928.
[28] Véase Kindlers neues Literaturlexikon, 926.
[29] Machado, Antonio, citado en: http://jaserrano.com/unamuno/unamuno.html; última visita 12/09/04.
[30] Morder, 36.
[31] Morder, 37.
[32] Morder, 4.
[33] Morder, 51.
[34] Von Vacano, Arturo: Biting silence, Harper Collins 1978; 2da edición: Ruminator Books 2003.
[35] Morder, 3.
[36] Morder, 104.
[37] Prada, Ana Rebeca: Sobre Morder el Silencio, de Arturo von Vacano, artículo publicado por internet, http://www.
noticiasbolivianas.com/libro_lectura.php?id_libro=2&id_sec=107; última visita 11/09/04.
[38] Philippe Lejeune ha discutido el problema de autobiografía y novela autobiográfica; véase p. ej.: Le pacte
autobiographique, en: Poétíque, núm. 14, 1973, 137-162, y Le pacte autobiographique, en: Poétíque, núm. 56, 1983.
[39] Serrano Segura, José Antonio, Miguel de Unamuno: el hombre de carne y hueso, en: http://jaserrano.
com/unamuno/unamuno.html; última visita 12/09/04.
[40] Morder, 142.
Bibliografía
Aguiló, Federico: “Nunca más” para Bolivia, Cochabamba 1993, 1-48.
Kindlers neues Literaturlexikon, München: Kindler 1991, 928.
Lexikon der griechischen und römischen Mythologie, Hildesheim: Georg Olms 1965.
Lejeune, Phillippe: Le pacte autobiographique, en: Poétíque, núm. 14, 1973, 137-162.
Lejeune, Phillippe: Le pacte autobiographique, en: Poétíque, núm. 56, 1983.
Von Vacano, Arturo: Biting silence, Harper Collins 1978; 2da edición: Ruminator Books 2003.
Von Vacano, Arturo: Morder el Silencio, La Paz: Instituto Boliviano de Cultura 1980.
En internet:
Antezana, Luis H.: Morder el Silencio, en: Morder el Silencio, en formato Pdf, adquirible a través de la página web del
autor: www.avonvac.com/PDF.html; última visita 12/09/04.
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Unamuno, Miguel de: Niebla, en: http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/unamuno/Niebla/index.asp; última visita
12/09/04.
Von Vacano, Arturo: Morder el Silencio, en formato Pdf, adquirible a través de la página web del autor: www.avonvac.
com/PDF.html; última visita 12/09/04.
El Nuevo Testamento, en: http://www.br-online.de/wissen-bildung/collegeradio/medien/religion/apokalypse/quellentexte.
http://planeta.eltimon.com/marparabolivia, http://elmarboliviano.blogspot.com, http://www.geocities.com/elmardebolivia;
última visita 12/09/04.